Durante el aislamiento social, tenemos esa sensación de que cada día se parece al anterior. No salir a la calle puede generarnos tristeza y salir estrés o angustia; sentimos desconfianza hacia los demás y además, estar solos o con la familia las 24 horas puede llegar a ser asfixiante.
El panorama se lee desalentador y los datos revelan que más gente está padeciendo trastornos ya conocidos como ansiedad, estrés, angustia y otros relativamente nuevos como el síndrome de la cabaña, o ese miedo (incluso irracional) a salir de la casa.
A eso se suma que la falta de sueño es una constante entre muchas personas y que el sedentarismo, impuesto o voluntario debido al auge de la tecnología como herramienta de trabajo, estudio y ocio, está generando problemas de salud (postura, espalda, cabeza, etc.) hasta en los pacientes más jóvenes.
Pero entonces, ¿cómo podemos hacer más llevadera esta nueva normalidad? Aunque las medidas de aislamiento se han ido relajando y a pesar de saber que algún día retomaremos la normalidad de antes, es un hecho que debemos seguir cuidándonos y cuidando a los que nos rodean.
Por eso, lo mejor es incluir en nuestras rutinas prácticas que nos ayuden a minimizar la probabilidad de sufrir enfermedades mentales y físicas:
Pequeña receta contra el estrés y ansiedad
Ambos trastornos pueden aparecer en menor o mayor medida y cuando sucede esto último, lo mejor es acudir a profesionales para buscar ayuda; hoy no hay excusa para hacerlo pues muchos de ellos han convertido las redes en su lugar de consulta y ayuda. Ahora, si los síntomas son leves estos tips siempre funcionan:
- Respirar: inhala desde el estómago y exhala sacando todo el aire de los pulmones; realizar esta práctica consciente varias veces al día ayuda a traernos al momento presente, a relajar el cuerpo y la mente.
- Relajar: decirlo parece abstracto y complicado pero lograrlo es posible con técnicas de respiración y meditación. Si no te llaman la atención estas actividades, practica la actividad física que te guste en casa, verás cómo mejora tu ánimo, humor y calidad de sueño.
- No abandones tus hobbies: ¿practicabas equitación o natación? De acuerdo, esas dos actividades tal vez no puedas realizarlas en estos momentos pero tal vez sí seguir leyendo novelas negras que tanto te gusta. Intenta seguir haciendo esas cosas que te mueven o descubre otras que nunca habías intentado (pintar, hacer jardinería, etc.).
- Habla: estés solo o acompañado, habla; hacerlo siempre es una terapia positiva. Si vives solo, aprovecha la tecnología para comunicarte con otros, si estás en familia, acércate a la persona a quien más le tengas confianza.
- Mantén una mente positiva: esta frase cliché hoy está más vigente que nunca. Piensa que “esto también pasará” y recuerda todas las cosas buenas que tienes hoy: trabajo, familia, amigos, hogar, etc.
- Arma rutinas: estar en casa no es sinónimo de desorden, organiza tus días con horarios de trabajo, ocio, actividad física, descanso, etc.
- Practica la higiene del sueño: siguiendo lo anterior, delimita tus tiempos para dormir, delimita el uso de las redes sociales a la hora de dormir y por favor, no trabajes en la cama... Mejor sigue buenas prácticas para hacer Home Office.
- Acércate con mesura a las noticias: verifica la información que llega a ti, no pases mucho tiempo viendo noticias ni hablando todo el día de temas negativos.
- Aliméntate bien: no abuses de los domicilios y cocina en casa como una actividad relajante para hacer solo o en familia.
- Acepta tus sentimientos (y ponles nombre): en los últimos años hemos tendido a poner en la bolsa del estrés otros sentimientos como la ansiedad, la angustia, la tristeza, la depresión o la preocupación; sin embargo, aunque comparten síntomas parecidos, son distintos y hay que aprender a identificarlos para aceptarlos y poder manejarlos.
Negarlos solo hará que tardes más en identificarlos o superarlos, así que es mejor saber qué sientes y conocer el nivel de ese sentimiento ya que, si es muy fuerte, necesitarás ayuda de un profesional.
Aunque las condiciones externas sean adversas, estar bien también depende de ti, recuerda que tu mente es la única que puede ayudarte a superar y sobrellevar los momentos complicados que todos estamos viviendo.