Las puertas del edificio Q93 se abren y, de inmediato, el bullicio de la ciudad queda atrás. Adentro, la luz natural lo inunda todo, el aire es limpio y fresco, y las terrazas verdes invitan a una pausa. Aquí no se trata solo de trabajar: se trata de sentirse bien, de tener un lugar donde las ideas fluyen y el estrés se disipa entre la biofilia que inundan todos sus espacios.
Asimismo, en 2025 esta filosofía se ha expandido a otras regiones. En Pacho, Cáqueza, Fusagasugá y San Juan de Río Seco, Enel ha renovado y modernizado su infraestructura locativa, no solo para cumplir con normativas de seguridad, ergonomía y salud ocupacional, sino para que nuestros usuarios y colaboradores se sientan como en casa. Cada intervención adapta criterios de confort y sostenibilidad a las condiciones locales, como el uso de ladrillo aislante en Cáqueza para reducir el calor y optimizar la energía, demostrando que el bienestar, la sostenibilidad y la eficiencia no tienen una única forma, pero sí un mismo objetivo.
Estos ambientes no son algo al azar. En diciembre de 2024, las oficinas de Q93 en Bogotá, se convirtieron en el segundo edificio en Colombia en recibir la certificación internacional WELL que otorga el International WELL Building Institute (IWBI), un estándar que evalúa y reconoce los esfuerzos de las empresas por fortalecer el bienestar no solo por sus espacios laborales diseñados para proteger la salud física y mental de quienes los habitan sino también que refleja los beneficios complementarios que se otorgan a sus empleados. Pero más allá del hito, lo que aquí se vive es una manera de entender las nuevas formas de trabajar que trae la digitalización, el trabajo híbrido y como las empresas lo reflejan a través del cuidado a las personas.
Según Juan David Muñoz Cruz, profesional experto de la división de Building Management en Enel Colombia, el objetivo era claro “Poner a las personas primero”.
La idea surgió en plena pandemia, cuando el trabajo remoto se había convertido en la norma y el gran reto era recuperar el vínculo presencial. El camino hacia la certificación WELL implicó pensar el bienestar desde dos frentes: 60% beneficios para las personas y 40% condiciones físicas de las instalaciones.
Un lugar que cuida de sus colaboradores
Los cambios se sintieron incluso antes de pisar las oficinas. Días libres adicionales para momentos especiales, vacaciones ampliadas, programas de ahorro, préstamos, capacitaciones en manejo del estrés, acompañamiento uno a uno de acuerdo con el momento de vida de cada empleado, planes de vacunación y un robusto esquema de salud ocupacional y beneficios empezaron a formar parte de la experiencia laboral.
En el espacio físico, cada detalle fue pensado para sumar salud y comodidad: aire limpio, ergonomía en cada puesto, gimnasio en las instalaciones, terrazas, zonas de descanso, alimentación saludable, dispensadores de agua cada 30 metros, confort térmico y acústico, e iluminación ajustable según la hora y el tipo de espacio.
Sin embargo, no todo fue sencillo. El paso a un modelo híbrido, con puestos no fijos y mayor flexibilidad, supuso romper costumbres arraigadas, como la de personalizar escritorios. La clave estuvo en escuchar: encuestas, planes de gestión del cambio y comunicación interna fueron y siguen siendo las herramientas para que el cambio se sintiera como una mejora y no una imposición, generando dinamismo y resiliencia no solo de los colaboradores sino también de los espacios.
La implementación requirió un trabajo transversal entre áreas como Servicios y Seguridad, Comunicaciones, Personas y Organización, HSEQ, Legal, Aprovisionamiento, Digital Solutions y Finanzas. El resultado: espacios que no solo cumplen con exigencias internacionales, sino que refuerzan la cultura de bienestar y colaboración.
La certificación WELL no llegó sola. Se integró con otros estándares como ISO 14001, LEED y Bogotá Construcción Sostenible, y trajo consigo materiales libres de contaminantes, vegetación nativa y diseños biofílicos y aplicación del color que reducen el estrés y acercan la naturaleza al día a día. Porque aquí, sostenibilidad y bienestar no son caminos separados.
Un compromiso que se siente
Hoy, en cada piso de Q93 y en cada espacio renovado, hay un mensaje que no necesita estar escrito en la pared: trabajar bien es vivir mejor. Enel Colombia entiende que el verdadero motor de su operación son las personas, y que cuidar de ellas es la mejor inversión para el presente y el futuro.