Reemplaza electrodomésticos antiguos (más de 10 años) por modelos nuevos que aseguran menor consumo y mejor desempeño.
Si vives en un conjunto residencial, coordina con tus vecinos para no usar secadoras, hornos o bombas de agua al mismo tiempo. Esto evita sobre cargas y cortes de luz.
Desconecta los aparatos que no estás usando, como televisores, consolas o routers para evitar consumo innecesario.
Seca la ropa al sol y aprovecha la luz natural durante el día para reducir el uso de energía en casa.
Instala un medidor de consumo en casa para saber cuánta energía usas y mejorar tus hábitos diarios.
Mantén la temperatura adecuada en el congelador (entre 4 y 5 °C), refrigerador (entre 1 y 8 °C) y el aire acondicionado (24 y 25 °C) para ahorrar energía sin afectar su funcionamiento.
Cambia tu calentador eléctrico tradicional por uno de paso o solar, que consume menos energía y es más eficiente.
Cambia los bombillos tradicionales por luces LED, que duran más y gastan menos energía.