“Nuestra motivación principal es compartir la energía que tenemos y enseñarle a los más pequeños de la familia que siempre se debe pensar en las personas que no tienen las mismas oportunidades que nosotros y qué mejor momento para hacerlo que la Navidad”

– Mariana Escobar

Consejo 2: no todo es dinero. La energía de la Navidad también es imaginación. 

Después de reunirlos, decides con ellos cómo ayudar a otras personas, Navidad también es para conversar. Si no tienen el dinero para hacer colectas, formen brigadas para recoger alimentos no perecederos, juguetes o ropa de bebé (que siempre queda como nueva y los papás no saben qué hacer con ella).

La familia de Mariana Escobar, por ejemplo, pide un aporte económico para participar en la reunión y así juntos comprar juguetes.

 

Cambia vidas por medio de tu energía.  Aprende aquí cómo puedes empezar a hacerlo.

 

Consejo 3: enfoca tus esfuerzos y decide con quién quieres compartir tu energía.

Para que tu luz ilumine más corazones, elige a quién se la darás. Hay personas que se alegrarán con una cena, otros con juguetes, otros con mercados o simplemente con alguien que los escuche. Enfoca tu energía en un solo lugar, elige el tipo de personas que alegrarás y cuál será el regalo que les darás.

Los Escobar en este caso escogieron trabajar de la mano con una iglesia cercana, que les ayudará a repartir sus regalos en diferentes municipios de Boyacá.

Esta tradición de la familia Escobar no solo lleva la energía navideña a otros lugares, también hace que el espíritu de diciembre se mantenga todo el año.

Sigue los pasos de la familia de Mariana, porque lo mejor de compartir es que solo necesitas de alguien que te ayude a dar ese primer paso.